Sobre las 6 de la tarde del día 21 de enero, la gente empezaba a buscarse los mejores sitios para presenciar la salida de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli tras la imposición de la medalla de oro de la ciudad en esa misma mañana.
A las 6:30 toda la plaza de San Isidro y alrededores estaban ocupados por todo el pueblo de Algeciras que quería ver tan ansiada salida.
A las 19:00 salia la cruz de guia acompañada de 4 faroles, seguidos de numerosas representaciones no solo de Algeciras sino también de La Linea.
A las 19:15 se dejaban ver los faroles de la delantera del paso del Medinceli, y tras salir, quizás unos de los momentos que tanto ansiábamos los cofrades de Algeciras el Medinaceli salia a las calles de Algeciras luciendo una hermosa medalla de oro con el escudo de la ciudad.
Tras pasar montereros y calle Sevilla el Cristo realizo estación de penitencia delante de la Iglesia de la Palma, pero ahí llego uno de los momentos de la noche, el Cristo entro en la Iglesia de la Palma para situarse lo mas cerca posible de nuestra patrona, momento histórico que no se producía en décadas ( y gracias a dios no entro para resguardarse de la lluvia )
El Cristo llego a calle convento y siguió haciendo historia, pasar por la calle Regino Martinez, Blas infante y dirigirse a calle buen aire. Como casi siempre, hubo un pequeño percance, un cable que colgaba de un balcón a otro en la Plaza Neda, impedía el paso del cristo, tras varios intentos de apartarlo con algún que otro trípode de algún fotógrafo presente e incluso con un cirial, un intrépido joven comenzó a escalar hasta el balcón con una asombrante habilidad para subirse en el y apartar el cable tras la ovación de todo el publico presente tras dar paso a nuestro Cristo.
El protagonista de esta divertida escena fue, Cesar un chico de Chiclana de la Frontera que gracias a el el Cristo pudo terminar su recorrido sin mayores percances.
Como si de un Martes Santo se tratase, todos los vecinos de San Isidro y demás personas que se acercaron a ver su recogida, acogieron de nuevo a su Cristo con la Plaza y Calle Gloria a rebosar, el Cristo se recogió dejando así un sabor a Martes Santo a todo aquel que presenció esos momentos.
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